Tomás Villarrubia Lázaro, delegado de desarrollo sostenible de la JCCM ha visitado la pequeña localidad de Ajofrín por su trabajo diario en la recuperación de especies vulnerables que han visto drásticamente reducida su población en el entorno como el cernícalo primilla. “La colaboración de todos es fundamental a la hora de recuperar la fauna tradicional del entorno” ha reconocido Marisa Alguacil, alcaldesa del Ayuntamiento de Ajofrín. También se ha contado con la participación de la delegación episcopal para el cuidado de la creación de Toledo, Javier Gómez Elvira, su representante, Santiago Sardinero y el párroco, Francisco Javier Pérez Aguilera. Los técnicos del Centro de Estudio de Rapaces Ibéricas, CERI han traído 15 pollos de esta especie criados en cautividad en dichas instalaciones.
Este proyecto que abarca diversas acciones con el objetivo de proteger la biodiversidad está financiado por la Consejería de Desarrollo Sostenible de la JCCM, entidades como CBD-Hábitat, SEO BirdLife, Grefa, Brinzal y empresas como Fundación ULMA, así como el Ayuntamiento de Ajofrín que lidera dicho proyecto desde la concejalía de Medio Ambiente, Manuel Martín que ha elaborado el proyecto “Ajofríneros por la Biodiversidad”.
Esta ave migratoria a principios de otoño vuela hacia zonas más cálidas, en concreto a África, cruzando el Sáhara hasta llegar a países como Senegal o Gambia donde proliferan los insectos, ya que son aves insectívoras. El principal objetivo es que vuelvan en primavera a la torre de la iglesia de Ajofrín donde están ubicadas las cajas nidos. Los pollos se han introducido en la caja de liberación del campanario con 20 días, a los 35 días comienzan a realizar sus primeros vuelos cerca del campanario. Además, de estos nidos el Ayuntamiento ha repartido a los vecinos y vecinas cajas nidos a su vez, para recibirlos cuando vuelvan. Es el segundo año de liberación, el año anterior se realizó esta misma acción denominada “hacking” en el pabellón municipal. Esta especie está considerada vulnerable en Castilla-La Mancha porque ha descendido su población drásticamente en los últimos 50 años debido a la práctica de la agricultura intensiva y al uso de pesticidas y herbicidas, así como a la pérdida de lugares de nidificación en los edificios.
Por otra parte, ya se han realizado los primeros contactos para iniciar un proyecto de sensibilización y educación ambiental dirigido alumnos/as de 1º y 2º de la ESO en el Instituto de La Sisla en Sonseca con la colaboración del Ayuntamiento de Sonseca.